TAN SOLO UNA CARICIA

Llevo tiempo sin dedicarme al blog, mejor dicho a los blog, pero es que tengo muchas cosas entre manos. Una de ellas ya ha visto la luz, y quiero presentároslo.
Ya está a la venta mi segundo poemario "Tan solo una caricia".

A diferencia de "Alma perdida" este es más variado, desde poesías de amor y desamor a poesía protesta por todo aquello que nos va haciendo más y más incrédulos al sistema que nos tienen impuesto.
Como presentación os dejo el maravilloso prólogo que el poeta Gregorio Muelas Bermúdez dejó en sus páginas previas, pero antes de iniciar su lectura, quiero hacer hincapié en algo que creo es bastante interesante.
Por la compra de cualquiera de los tres títulos publicados, es decir: "Alma perdida" "Luna de otoño" y "Tan solo una caricia"... estarás aportando 1 € a la "Fundación Dravet".
Estoy a la espera de que me manden las pegatinas para poner en la portada de cada ejemplar, pero aún así ya está en marcha la propuesta.

Así que ya sabéis que además de pasar un buen rato leyendo, podéis a la vez ayudar a estos niños y sus familias a que se investigue y se estudien nuevos fármacos para su enfermedad.
Y ahora paso a mostraros el prólogo de "Tan solo una caricia"

PRÓLOGO

Lo importante es amar

El amor y el desamor son el anverso y el reverso de un mismo estado del alma, el primero deviene en pasión, el segundo se transmuta en odio, en resentimiento; el primero necesita ser evocado, consumado, el segundo expectorado, exorcizado a través de las palabras jaculatorias. En medio de tanto sentimiento contrapuesto pero paradójicamente complementario se halla el corazón como humilde morada de este doble estado del alma, que se ve seriamente comprometido y en consecuencia instado, impulsado, a decir de sí mismo a través de las palabras vertidas con fruición o desespero sobre la página, que adquiere el papel de elogio o drama en sentimientos fijados que denotan alegría o tristeza por el encuentro o la pérdida del ser amado.

Amor y desamor precisamente es lo que encontramos en estos poemas, en estos versos llenos de emociones y sentimientos, de palabras que anhelan el reencuentro, que acarician el recuerdo, que reclaman el consuelo y ante la incertidumbre claman de desesperación.
Añoranzas, sueños y desvelos recorren insistentes cada estrofa, cada verso. No somos dueños de nuestros deseos y acabamos siendo víctimas del desconsuelo cuando la razón se impone al sentimiento.
Esa cabeza de Jano que es el corazón y que aún late con cada mirada, con cada caricia, con cada beso, con cada abrazo del pasado se debate con el recuerdo para evadirse de tanto dolor y propiciar el hallazgo de un nuevo paradero más confortable, más favorable para la consumación del amor. En este sentido el corazón se desnuda de recuerdos para que éstos se revistan de gritos, susurros o silencios al ser compartidos con el lector.

"un corazón que en mudanza

encontró mi alma perdida".

Un corazón en mudanza, un corazón que busca su alma, que hasta entonces vagaba perdida por un paisaje de niebla, y al fin la encuentra:
Un alma que ahora sonríe serenamente al verse nuevamente hallada e iluminada con ilusión, así el poema inicial "Das luz a mi razón" apunta la tesis del libro: que a pesar del abandono, lo importante es amar para que la llama de la esperanza continúe brillando con esplendor.
Porque la esperanza, como reza un verso del "Réquiem" de Anna Ajmátova, siempre brilla a lo lejos, y a esa suerte de esperanza se aferra este corazón en mudanza y esta alma en extravío, vislumbrando en el horizonte un destino más alentador.Porque el amor, no lo olvidemos, desnuda los sentimientos y eso es lo que vamos a encontrar en estos poemas de amor descarnados, apasionados y obstinados por cuanto a pesar del dolor insisten en reencontrar al ser amado. Así muchos de los poemas destilan un poso de amargura fruto de la desazón originada por el acerado silencio y la pétrea
compostura del destinatario de los versos. Otros poemas se erigen en verdaderos gritos de esperanza, así es la apuesta decidida por el amor más puro, más noble y más sincero, un amor a contracorriente con el nuevo uso que de él hace una sociedad cada vez más laxa y menos romántica. Un amor en forma de deseo que se experimenta como ese impulso primigenio que a través de candorosos abrazos, besos tiernos y caricias de terciopelo enlaza los cuerpos con ardor.
En esta nueva entrega de su quehacer poético, la autora se hace eco de realidades de carácter social, así denuncia el machismo atávico y execrable que provoca la violencia de género, la hipocresía de una sociedad que se empeña en juzgar a las personas por su orientación sexual, el abuso perpetrado contra los más débiles, víctimas de la enfermedad, la pederastia, las drogas, la prostitución y el terrorismo, con un sentido homenaje a los fallecidos del 11-M; sin olvidar el drama de los niños soldado, condenados a perder su infancia al ser obligados a empuñar un fusil.
En cuanto a la estructura, la primera parte "Amor y desamor" entronca perfectamente con "Alma perdida", por cuanto termina de decir muchas cosas que ya habían sido desarrolladas en aquel primer poemario, pero que lejos de ser una reiteración, resulta una concomitancia puesto que complementa a aquel, tal es la congruente manera de sentir de la autora, que sorprende por una enorme capacidad para describir su estado anímico, plasmándolo con sutileza en múltiples detalles y matices. En la segunda parte, "Ciudades y tradiciones", canta a las costumbres, creencias y lugares pintorescos que definen buena parte de la esencia del carácter español. Después de una afortunada experimentación formal con el "guaroj" aparece "Versos macabros", donde la autora desata su ira en versos imbuidos de rabia y dolor que lindan con la locura para denunciar "la injusticia de los mortales" y culminar con un desen-canto a la soledad. Así llegamos a "Alcemos la voz", parte admonitoria donde aboga por la concienciación social dando voz a aquellos que más la necesitan para revelar su difícil situación y denunciar las terribles consecuencias que padecen las víctimas inocentes de una sociedad mezquina e hipócrita. El poemario se cierra con un emotivo apartado de dedicatorias y un canto de alabanza a la Vida.
En definitiva, nos encontramos ante un libro que ausculta el corazón e indaga sus secretos, rebosante de sinceridad y nobles sentimientos. Una lectura muy recomendable en estos tiempos en que el materialismo individual y las leyes del mercado han relegado a un segundo plano el crecimiento moral y ético, algo de lo que el hombre no puede prescindir para seguir siendo humano.

Gregorio Muelas Bermúdez

 

Recordaros algunos puntos de venta donde encontraréis dicho poemario.

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