Mañana soleada, una temperatura agradable tirando a calurosa. A las 11:00 ya estaban las casetas montadas en el Pasillo Verde, una avenida dibujada con jardines y fuentes que hacen de ella el lugar perfecto para pasear entre libros.
Los libreros con su mercancía para mostrar a los viandantes que por allí paseaban. Todo fue perfecto, hubo tránsito de gente, hubo venta, interés...
Por la tarde llegaba mi turno, a partir de las 17:30, aunque llegué una hora antes para estar con mi amiga Isabel, dueña de la librería Lápiz y Papel. Al rato de estar allí la tarde empezó a nublarse, pero teníamos fe de que no iría a más, seguimos en el puesto de mando y contentas, ya que habían retrasado una semana ese día por el mal tiempo.
El aire comenzó a hacer de las suyas, y más tarde la lluvia, a pesar de que tuvimos que recoger, no me sentí triste, porque sé que la gente estuvo ahí, incluso más tarde cuando ya todo había sido recogido.
Para todas esas personas que preguntaron y se interesaron por mis publicaciones hemos pensado preparar una presentación en la librería, en la que además de pasar un buen rato, podamos tomar unos canapés.
Por la mañana ya hubo compradores de Alma perdida y Luna de otoño, que regresaron por la tarde para que se lo firmara, aqui una fotografía antes de que el aire y la lluvia hiciera recogerlo todo.
Con Isabel mi amiga antes de que empezara todo, entonces había un sol radiante.
Como veis los carteles ya no paraban del aire que hacía.
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